sábado, 19 de mayo de 2007

carta sobre el sueño

A quien despierte:
Entre el "todavía no" y el "ya no", todas las vacilaciones son la misma.
Una constante espera, podríamos decir, aunque estaríamos menos errados si dijéramos "duda" (total, errados estaríamos lo mismo). Una duda.
Un estado extraño en el que esperamos la muerte sin saber cuándo vendrá, pero completamente seguros de que efectivamente lo hará. Y no hay nada más efectivo que la muerte. En esa enorme, gigantesca e ínfima vacilación que es una vida, todas las otras dudas se hayan contenidas y a la vez compuestas por la vacilación mayor.
Así, toda duda se torna idéntica a la que la ha precedido y la que la seguirá y todas a aquella que las contiene. Todas son imitación (y no hay como la duda para la mímesis). Todas tienen su "todavía no" y su "ya no" y todas llevan consigo la muerte. Entre el "todavía no" y el "ya no", todas las vacilaciones son la misma.
Ahora bien, partiendo de la consideración que usted hacía, K*** (pues intuyo que en algún momento usted leerá esto que hoy o ayer estamos escribiendo), considerando esa conciencia de la inconciencia que se condesa en el sueño... y me refiero, claro, a la conciencia de muerte que implica el sueño, es decir, la inmersión en la inconciencia. Partiendo de esa consideración que usted hacía, amiga mía, la única vacilación que no se torna en mera imitación es (escuche!) la de irse o no a dormir. "Con alguien", "en soledad", "con quien", "sin quien", "temprano", "tarde", "en la cama", "en el suelo", puras salientes de las que nos aferramos para no precipitarnos en eso que intuímos es una caída... dudas despreciables cuya existencia se justifica tan solo en el miedo, pues encubren la verdadera duda, la verdadera vacilación, que es la de irnos o no a dormir, sumergirnos o no en la inconciencia que sabemos es la muerte.
Y si nos resistimos? Desfallecemos hasta que inevitablemente nos dormimos en el transporte público y nos despertamos en la General Paz; es casi casi un recordatorio por parte de la inconciencia de que, finalmente, ella es dios y que el sueño, la muerte, sobrevendrá inevitablemente...
Entonces, entregarse al sueño es algo así como adelantar brevemente la certidumbre final y guarda en sí un acto sublime, que roza lo divino, pues en él conocemos y abrazamos a nuestro dios y somos uno con él, gozando brevemente de no ser realmente dominados (pues la inconciencia, efectivamente, nos domina), todo lo cual se alcanza al ser suprimida esa voluntad del individuo conciente y tornarse todo en deseo inconciente. Podría decir que difiero con usted aquí, pues no siento que nosotros (si ese nosotros se trata del conjunto de yoes, es decir, concientes), en la inconciencia juguemos a ser dios, sino que en la inconciencia (que es dios y que es el dueño del juego del sueño), el yo se desdibuja, se desdobla, perdiendo relevancia su voluntad de pensamiento al punto de desaparecer y desvanecer consigo al yo mismo, quedando únicamente ella, que es dios. Me dirán, pues, que no es que no seamos dominados entonces sino que se elimina a aquel que es dominado en el estado de conciencia, que es el pensamiento. Les diré que lo mismo da.
Uno puede morir una y mil veces dentro de su sueño, dice usted, K***. Sin duda, pero no a voluntad... revivimos para volver a morir únicamente si el otro, inconciente, desea que así sea.
Así, siguiendo con eso que usted decía de la muerte y el sueño unificados, podemos imaginar que la muerte es un sueño en el cual, finalmente, el otro, inconciente, no desea que revivamos para así volver a morir. Y así morimos. Sí, podemos imaginarlo así. Al fin y al cabo, el sueño es el juego favorito de nuestra desmedida imaginación, no es así? Ah, señorita, cuánto ha acertado usted; nuestra D E S M E D I D A imaginación... nos salva, señorita, pues si no fuese desmidida, jamás nos atreveríamos a incursionar en esos terrenos que hemos otorgado a la muerte. Y así, el sueño, tarde o temprano, quedaría primero vetado y luego vedado.
Primero lo ordenarán y lo someterán a una gélida rígida frígida aprobación de un ministerio, seguida de incluso! su estimulación. "Los niños duermen 8 horas", "los obreros, 6", "las mujeres, 7". Luego, ya en dictadura, será obligatorio y se incluirá la negación. "Los niños no dormirán más de 8 horas", "los obreros, no menos de 6", y se omitirá a las mujeres. Luego, para ponerle un poco más de onda, se acortará el período de sueño, restándole, la mayor parte de los casos, 2 o 3 horas.
Cuando la opresión y el despotismo de la dictadura (que por cierto habrá aplicado la pena capital tanto a quien excediera su tiempo destinado como a quien durmiera menos de la cuenta o no durmiera) se hallan vuelto inadmisibles, la tiranía caerá, se enjuiciará a los dictadores y finalmente, se vetará el terrible Sueño, símbolo de la imposición y la opresión.
Y del veto al vedo, hay sólo una letra.
Amiga mía, se entiende ahora lo de "todo eso es en vano, como no dormir".
Dormir, dormir, pero mucho más, soñar...
Si este sueño es apacible o si hay lugares, personas, mundos y universos depende del deseo, del capricho hundido hasta el cuello en la inconciencia. Ahora, no seamos tan necios de decir y pensar que al no poder dominar el sueño, éste se vuelve inútil, sin sentido... como bien dice usted, tal vez nuestra vida sea el sueño del sueño de la muerte, que también es sueño.
No dormir es en vano.
A quien despierte, dulces sueños.
Quien Firma

viernes, 18 de mayo de 2007

no me gusta

el número 13


(viva la entrada 14)

domingo, 13 de mayo de 2007

Soneto XXIII (,VII aproximadamente)

sabiendo del desprecio y del fracaso
y en busca de amor de poesía plena;
explorando la geografía interna
construiré alguna obra paso a paso

y si alguien se propone irme a buscar
que sea donde haya canto y fragor
allí donde haya lluvia, por favor
allí donde es el trueno me hallarán;

cuesta arriba irán las piedras quebradas,
destrozados por los golpes-intento
los muros tornan en vida enlazada

y yo extraeré anteayer o mañana
en forma de endecasílabo soneto
del 5-6-4 la raíz cuadrada

jueves, 10 de mayo de 2007

espejos desterrados

Los que Vamos a Morir quebramos nuestra cérviz ante el Rey Masoca
(Y allí va y destroza su alma)
Larga Vida al Rey Masoca y su prole, los que quebramos nuestra cérviz.
(en un cuenco que hierve)
El Rey Masoca avanza de espaldas y penetra en la exhuberancia turgente
(entre las siemplegädas)

y de un momento a otro empezamos a oler la sopa
de cangrejo inmortal que sobrenada
y condensa en el frío de nuestros ojos muertos
los ojos de nosotros los que quebramos nuestra cérviz

martes, 8 de mayo de 2007

espejos destilados

el pecho me duelel pecho yel pelo enel hielodel solquea rrastracer rame porfavor lapersiana laventa nay labrumaque menfunda y nomede jadis tinguirel corazón esternocleidomasteóidiástolecístolediástolevodkatequilayadentroout

domingo, 6 de mayo de 2007

espejos desvelados

-metí la llave en la cerradura en ese instante de levedad en que el antiguo acetileno se da cuenta de que ya es de día

.yo ya me había dado cuenta

sábado, 5 de mayo de 2007

despacha que dispiërtan

Palparemos tus virginidades
y auscultaremos tus esfínteres
usaremos tres dedos
para tener una dos y tres opiniones
y llegado el caso
nos serviremos del mismísimo escritorio como prótesis
y quizás así lleguemos a tener
una cuarta opinión
lo suficientemente cuadrada
sobre estued
Lo haremos sentarse
y pararse
y luego sentarse
y pararse
hasta que le surja
y le crezca una manija en la cadera
para facilitar el movimiento
de ahora en adelante
le cortaremos las uñas
y los dedos
y las manos
para que no se le ocurran tomar la manija
y le cortaremos la barba y el pelo
y si no se los quiere cortar
dejaremos que le crezcan
hasta que se los pise
y se arranque la cabeza
al caminar
Y si prefiere arrastrarse
lo llamaremos tramposo
e indigno de arrastrarse con nosotros
y lo cortaremos en mi partes
con un machete que será suyo
y si esas mil partes aún se arrastran
usted será el germen que ha infectado y arruinado
a todos esos mi buenos muchachos-partes
y si esas partes aún caminan
las amontonaremos unas sobre otras
en filas y columnas
en una habitación cerrada
de doscientos siglos
tres cristos
y todos los tiranos
y si esas mil partes aún se agitaran
volveremos a empezar
pues como con usted
hemos hecho millones
Donde sea que no haya trauma
lo educaremos
y donde haya trauma
lo educaremos
Con su lengua ataremos sus brazos y sus piernas
y así no podrá moverse
lo meteremos en una ascética pompa
para que su cuerpo no pueda golpear con ritmo
y lo guardaremos
en una de estas habitaciones
de doscientos siglos
(para que no se lo lleve el viento)
Y no se preocupe
que en nuestras habitaciones
no hay ni lluvia
ni flores
ni amores
ni sol de noche
ni luna de día
no habrá sueños
pues no habrá otro
y usted no será más que usted
Y si alguna vez leyó a Kafka
se dará cuenta de que su nombre
es Gregorio
Y si alguna vez leyó a Roberto Arlt
se dará cuenta de que no hay
rosa de cobre
que por ilusión le valga
Y si la llegase a encontrar
oro, plata y cobre, todo se lo meteremos
por el culo
hasta que García Lorca
no sea más que un narciso
agitado por el viento
en un lugar donde no hay ni
viento ni
flores ni
amores ni
otro

viernes, 4 de mayo de 2007

clima de seda


Se sube al colectivo (no importa el número, tiene la luz de giro derecha fragmentada y es piso bajo) y observa los rostros de los viajantes. Apenas ubica un rostro de mebajoporacá, se para frente a ese par de asientos (el egoísmo científico tiende a salir a la luz en situaciones tan extremas como un viaje en colectivo hacia Once). Desea ese asiento y casi desea a quien se está sentada allí. La mujer (porque es una mujer) confirma sus sospechas al ejecutar complejos movimientos de cuello para poder fijarse por la baja ventanilla a qué altura de Rivadavia están y ya casi no tiene dudas cuando la mujer se levanta del asiento aplastado y se baja del colectivo.
El desplazamiento metonímico se produce y la otra mujer (porque era una mujer, como la primera pero vieja) se pasa al lado de la ventanilla y le deja a él el asiento más próximo al pasillo. Se sienta, pasa Primera Junta, cruza Cachimayo y para. Rubia rubia morocha castaña -un tipo- rubia teñida -dos tipos- morocha colorada (las mujeres que van subiendo al colectivo). Las observa y le llama la atención la cantidad de rubias, aunque no tanto (para él, todas las rubias son una, pero como no lo son, no le llaman la atención). Hidalgo y la mujer a su lado se agita. Se para y la vieja erecta se baja.
Un par de cuadras más y vuelve a parar castaña castaña pelirroja teñida teñida rubia rubiacastaña morocha poste morocha verde rubia. En ese instante recuerda el asiento que la vieja erecta ha dejado a su lado y se sienta allí pegado a la ventana donde su aliento le recuerda el vidrio. Saca la seda saca el tabaco mete el tabaco y trabaja la seda. Así así hasta sentir el cilindro total ella no va a venir (ella y sus ojos azules no van a venir) y la muchacha rubia ojos azules que se ha sentado a su lado parece no verlo (igual él ni la ha visto) y la vieja del asiento de atrás se escandaliza y el muchacho del asiento de adelante eh, le pide una sequita de su fasito eh y no no es tabaco, ah y sigue armando, trabajando la seda; no sabe ni le importa si mientras trabaja la seda respira su vida se halla a la altura del diafragma ya no sabe si le importa que ella y sus ojos azules no van a venir quizás aparezca dobla una punta dobla en Muñiz pero ya están en Loria y sus ojos azules quién sabe dobla la otra punta (ojalá hubiera tres puntas) estira estira estira (sí, ojalá) y lleva como 17 cuadras armando el cigarrillo total ella no anda por ahí llega a Once y se para y la rubia que está a su lado entonces se da cuenta al encontrarse con su cinturón que tiene a alguien al lado entre ella y el aire asfalto y que entonces tiene que pararse para dejarlo bajar y el muchacho se prende su fasito no no es tabaco ah y toca el timbre y la vieja se escandaliza porque el joven se prendió su cigarrillo en el colectivo y no la deja apreciar el olor a chivo y a quitaesmalte y a tintura que tiene en su propio cuero cabelludo la muy pelada y entre todo eso casi había un perfume que valía la pena al lado del joven pero el olor a chivo y a quitaesmalte y a tintura de la muy pelada y se prendió el cigarrillo y bajó y mientras bajaba vio que la rubia de ojos azules era la rubia que no era todas y se sentaba ahora donde se sentaba la mujer mujer vieja erecta ahora agarra el cigarrillo y lo aprieta con su propia mano, apagándolo en su llaga.

auspicia: Sedas ''Jecur''
Tabaco ''Immortale''


Satisfacción Garantizada por Prometeo y los Buitres

yo estaba ahí y no he visto nada

29999 exquisitos tuercen el pescuezo y siguen con sus focos apagados por la vergüenza y la humillación una esfera blancoplateada interrumpida de negro.
El niño, temeroso de la oscuridad halógena y los gritos de acetileno, levanta su cabeza y en un cielo agonizante descubre una luna, violada a fuerza de púnica castidad, disputando un último partido ante una hinchada de un alma, de un corazón y de un solo par de ojos, desalojada de su espacio, confinada al perpetuo visitante.
-mirá… la luna!
30000 almas miran ahora hacia arriba; nace el silencio en el estadio; el cielo (y sus hijos) y la tierra (y su hinchada) están ahora empatados y vuelven a ser uno, como antes de que nadie necesitara decir nada.

(perdón)

jueves, 3 de mayo de 2007

.-prólogos

la del calamar disecado

La plumas ya no existen, todos los cartuchos son de pólvora y los chinos poco tienen que ver con la tinta; la birome hace tiempo que la perdí, junto con la estética y el sentido común.
.
.
apuntalando el jardín
. .
Afortunadamente, no tengo un cincel, pues mi estrato social me ha mantenido siempre
prudentemente alejado de los martillos y no sabría cómo usarlos
.
flotante colgante en el océano
Quise ir a la playa y escribir en la arena -que mis palabras se lean en las olas y se las lleve el viento- y encontré mares de plata y santos de concreto
. .....
. .....
. .....
espectro de todos los abajo firmantes de Babel
Intenté apilar ladrillos y piedras para formar colores y letras y un señor desteñido me recordó muy amablemente la prohibición de construir
. .. . .. .. .
.. . . . . .
. .. . . .
. . .. . .
. .. . ..
y la acidez restante
Regresé a mi infancia, a escribir con jugo de limón y quemarlo con una vela y habían quemado todos los árboles
.
...
.
y sucesores del cremado
De entre las cenizas raíz me rescaté en un carbón y es este lápiz
.
...
. .
.
. .
.
. .
.
. .
de que todo es uno
Mi lápiz y mi amor, es todo lo que tengo, y los dos serán estas palabras
.
.
.
¿es sabio?
es logos
esclavos
los prólogos
Este libro es mi amor atravesado por el lápiz
...

martes, 1 de mayo de 2007

abrazando la enajenación

Dejemos de fingir. ¿Releer para corregir? Es otro el que escribe! y no es que me dé miedo mirar (todavía no) sino que ¿quién soy yo para corregir a otro?
¿Quién soy yo para corregir a Cortázar, a Joyce, a Arlt, al vecino, a usted?
¿Quién soy yo, entonces, para corregir a esos otros que he sido?

(y entonces, tampoco puedo censurar a ese que quiere corregir y corrijo; tampoco al que quiere publicar y publico)