miércoles, 31 de diciembre de 2008

Segunda Carta a Jaurella

No pensaba escribirle de nuevo tan pronto, sin embargo, nuevos descubrimientos me obligan a hacerlo. Y de manera urgente. Llegado a este punto, me veo en la obligación de aclarar que los métodos inevitablemente virtuales de los que me he valido no me hacen feliz, pero su extensión es tal que no he podido evitarlos, no he sabido hacerlo y, si por un lado perdí la parte artesanal, por otro confío en que tal vez logre redimirme intelectualmente. Quiero decir, Jaurella, que googleé su nombre.
"Arturo Martín Jaurella": nou risolts
"Jaurella": nathin rélevant for mí
"Arturo Martín": y se hizo la luz al tercer resultado.
Y eliminando toda posibilidad de efecto, lo digo y lo declaro ahora mismo:

"Arturo Martín Jauretche nació en Lincoln".

Así que Jauretche. Conservamos idéntico el nombre de pila; a su apellido le quitamos la terminación y la reemplazamos por una italiana, que, a la sazón, implica diminutivo. Un pequeño Jauretche italiano. Luego, no existe; eliminación del autor. Muy Pop para mi gusto; un pequeño Jauretche italiano y pop. Muy posiblemente, no sea siquiera un pseudónimo. Arturo Martín Jaurella no existe. Sin embargo, aún puedo intentar construir algo más de usted (espero que me permita tal atrevimiento como construírlo; después de todo, usted no existe y es tan susceptible de modificación como esta carta misma).
Recordemos el tercer punto que le planteara en la carta anterior: por qué esas dos obras justamente.
En primer lugar, debo decir que la primera de las dos, esto es, "f.o.r.j.a.n.d.o." me hizo desistir de cualquier intento de considerar a todo el asunto como una gigantesca coincidencia, que Arturo Martín Jaurella sí fuera un nombre real, que casualmente se pareciera a Jauretche. Pero no. ¿Acaso me toma
por estúpido, Jaurella? Porque si es así, tiene razón. Hace ya casi un año que religiosamente, cada semana me envía al menos un trabajo suyo y el tercero de ellos ha sido "f.o.r.j.a.n.d.o.". Por lo tanto, hace casi un año menos tres semanas que delante de mis ojos he tenido la falacia de su nombre. "Arturo Martín Jaur...", "FORJA...", no podría haber sido más evidente aún si el nombre elegido hubiera sido Canning.
Ahora bien, tanto de uno como de otro textos publicados, podría extenderme aún más en análisis ya cuasi estrictamente poéticos, de los cuales (no me cabe duda), lograría extraer aún más detalles sobre su posible identidad. Pero nuevamente me limita el deseo de que esta carta sea publicada y por lo tanto debo terminarla. Entonces digo:
Querido Jaurella, me ha dejado como un imbécil y quizás esto suene a racción de amor propio herido, pero sinceramente no le creo.
Usted es una farsa que toma nombres de la parte de la historia que más entrañable se me hace, los mastica, los digiere y los devuelve como otras cosas, al borde de la inexistencia y la descomposición total. Si eso hace con los nombres, me pregunto qué hará con los ideales. Ideales que también son míos.
Y por lo tanto lo desafío. Lo desafío a que en forma de soneto me conteste y demuestre que es un artista más allá de sus técnicas pop que en mi ignorancia me exponen.

Atentamente

Augusto Ramiro López Taborda

Carta a Jaurella

Después de mucho -pero no tanto- meditarlo, he decidido escribirle a usted esta carta, Arturo Martín Jaurella. Ni yo mismo conozco muy bien las razones para hacerlo, del mismo modo que seguramente usted no conoce cabalmente las razones que lo han llevado a seleccionarme de entre toda la gente, a mí, a mí que no lo conozco (ni que usted me conoce), para tomarme como una suerte de amigo, benefactor, albacea o quizás simplemente como víctima y enviarme cada uno de sus trabajos. Todos y cada uno, según usted mismo dice y no tengo razones para no creerle. Con lo cual volvemos al comienzo de este asunto; las razones.
Podríamos tratar, juntos quizás, de al menos esbozar un intento borrador de razón, de mis razones para escribir esta carta y, tal vez así lleguemos incluso a sus razones, las que ha tenido usted para convertirme en su víctima.
Entonces, podríamos decir que me decido a escribir esta carta al ver finalmente publicadas dos de sus obras (esto es, "f.o.r.j.a.n.d.o." y "el metrónomo..."). El verlas publicadas genera al menos tres cosas; la primera es un cierto conflicto egotístico, una herida que riega narcisos creciendo entre las preguntas ¿he dejado de ser el único? y ¿alguna vez lo he sido? y al pie de por qué; la segunda cuestión se inserta fuertemente en mis raíces preadolescentes, cuando siendo aún un púber me dediqué de manera casi exclusiva a la ingesta de novelas policiales, la gesta detectivesca y la egesta de método deductivo. Como un erupto de sábado a las tres de la tarde, su nombre al pie de los poemas publicados me devolvió un cierto sabor a Agatha, puesto que estaba acompañado de dos números y dos sílabas, presumiblemente, día (en letra y número), mes y año, esto es, su identidad en el tiempo; el tercer asunto, cosa o cuestión es puramente estético y puede resumirse en por qué carajos decidió publicar esos dos poemas, justo esos dos, francamente los más olvidables (porque, no lo olvide, yo conozco su obra, Jaurella), tan dispares entre sí y con el resto de su trabajo, mayormente admirable. ¿Por qué?
Para delimitar la primera cuestión, sin duda la menos interesante, debo decir que si bien en un principio temí haber dejado de importarle, al poco tiempo descubrí y me forcé a creer que el hecho de que usted publicara realmente parte de su obra en verdad realzaba la importancia que he tenido como primer receptor de ella. Eso va por la sinceridad y el amor propio y difícilmente vuelva a oírme decir cosas semejantes. Ya pasado el escollo, vayamos a la segunda cuestión.
Su identidad, Jaurella... Muy a mi pesar, descubrí que Lun 23 Jul 2008 conformaba una falacia, puesto que el 23 de Julio de 2008 ha sido Miércoles. Una patética averiguación, podrán decirme. Sin embargo, tiene sentido marcarla; tiene sentido porque si la fecha del escrito es una falacia, esto es, si aquella marca del mundo externo a la obra, mundo al cual pertenecen la fecha y el autor, es falaz, todo ese mundo externo resulta falaz. O, más bien, parte de la obra. Por lo tanto, el autor es también parte de la obra.
¿Arturo Martín Jaurella? Un pseudónimo, tal vez. Y si bien no me pareció mucho más que un juego, me puse a tratar de deducir algo acerca de su nombre, descubrir cómo lo que yo consideraba psudónimo había sido contruído y quizás así averiguar quién era realmente este tal Jaurella.
En ese estado me encuentro actualmente y mis conclusiones o progresos se los haré llegar a su debido tiempo por este medio que, si bien estoy seguro de que lo ha notado, lo declaro ahora mismo, es exactamente lo mismo que ha hecho usted conmigo, pero invirtiendo el signo de lo privado y lo público.
No obstante, antes de despedirme (más no sea brevemente), debo dedicar dos o tres palabras a la tercera cuestión; estética. He dicho antes que sus dos trabajos publicados eran sumamente dispares entre sí y a la vez dispares respecto del resto de su obra, la cual considero de enorme valor, aunque no voy a extenderme sobre este último punto puesto que los inocentes (o no) lectores (o no) de esta carta (o no) no merecen que se los haga víctimas de elucubraciones de análisis poético, casi siempre deleznables (y esta no será la excepción), sobre piezas de trabajo que ellos mismos no conocen. Pero sí me detengo en el punto anterior para ir marcando breves líneas de conclusión rápida, sobre las cuales trabajaré más tarde y en más profundidad, complementando las investigaciones sobre su identidad misma. Debo aclarar aquí que el hecho de que haya usted publicado adquiere nueva importancia, puesto que me permite limitarme a esas dos obras únicamente -por ahora- para mis deducciones probablemente falsas y podré, por lo tanto, compartirlas con todo el mundo.
La disparidad de la que hablo, Jaurella (o no), es tanto de forma como de contenido y podemos esquematizarla brevemente de la siguiente manera:
"f.o.r.j.a.n.d.o.", fuerte contenido político, polisemia desde el título--->sigla (posible vía de investigación), estructura netamente industrial---> principios de siglo XX-Europa Oriental, lo-asqueroso--->estética de submundo--->(Arlt?) Lamborghini? Perlongher? Soriano?.
"el metrónomo, ella y el swing", íntimo público, pretensión de ritmo (pero) ritmo más bien mecánico (vs. ritmo vital -Nicolás Guillén-). Ritmo urbano. Busca establecer vínculo con el lector?

Podría seguir. Podría comenzar a contarle cómo creo que se relacionan la sigla y las influencias. También podría contarle lo que creo acerca de ese vínculo que busca establecer con el público a través de "el metrónomo..."; un vínculo masturbatorio, sin duda. Un vínculo de Voyeur. Un vínculo pajero, según la clasificación de Bajtin.
Y sin embargo, no, no lo voy a hacer, puesto que si pretendo que esta carta sea publicada (y espero contar con su apoyo al respecto), debo ir terminándola de una buena vez. Por lo tanto digo:

atte.
Augusto Ramiro López Taborda

el Metrónomo, Ella y el Swing (por Arturo Martín Jaurella)

Se arrastra en la penumbra buscando ese olor de nuevo y ya lo habría encontrado si no fuera por ese hijo de puta que dos pisos más arriba o un piso más abajo se fue de vacaciones y dejó andando un metrónomo.
UN! dos tres cua UN! dos tres cua
el compás binario y el RIT!morritmo RIT!morritmo.

É!llanoesta. SEHÁI!doanoche. LAS!migajas DEL!rreproche
TAN!temidas IM!prudentes, SIN!vergüenzas, RE!currentes
SIN!razóóón SIN!razóóón. ES!tuvieron BIEN!losdooos
SIN!razóóón SIN!razóóón. FUE!sanoche LA!mejooor...

UN! dos tres cua UN! dos tres cua
UN! dos tres UN! dos tres UN! dos tres UN! dos tres

E!seolor HÚ!medo RE!cuerda SU!amor SAN!gralaeRI!dadelCO!razón
UN!valseCI!todeaMO!respaSA!dos... SAN!gralaeRI!dadelCO!...raZÓN!

UN! dos tres UN! dos tres UN! dos tres UN! dos tres
UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos

A!bre LA!puer TA!del BA!ño
LE!van TA!la TA!pay ME!a
SAL!pi CAN!do TO!doel PI!so
Y!des PIER!ta LOS!ve CI!nos
Y!com PRUE!ba QUE!sa NO!che
NO!ubie RA!bi DO!re PRO!ches;
Y!com PRUE!ba QUE!sa NO!che
HA!bi A!si DO!me JOOOR!

UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos UN! dos
UN! dos tres dos dos tres UN! dos tres dos dos tres

CAN!tala zam!bita LIN!dadel al!lllma
A!quelper fu!ume RE!cuerda su!...aMOOOR!...


y ya no era el metrónomo, NO!nono

e-rae!lla quepo!nia unpo-có! de Swing!

f.o.r.j.a.n.d.o. (por Arturo Martín Jaurella)

roedores miserables
y asquerosos.
escarbando hora
tras
hora;
desmontando
y las piezas de la máquina;
montando

oxidando los engranajes

encuentran
sonidos...


donde no llegan los lubricantes.

Despreciables mutilados.
Estúpidos descorazonados.

Resta alitera
nte nte nte.
ge

Inhallables.
Inservibles.
Y a veces
evide
nte
s
Inútiles poetas.
Parásitos intestinales
de una bestia famélica.

Presumidos del ritmo o de la forma.
Europeos retorcidos o negros fuertes.
Chupasangres del mundo ordenado-y-eficiente.

¡Dónde están!
¡Quiero verlos!

Pues ya es hora
(de)
por lo menos
aplaudirlos
o no
-o todo lo contrario-
humillarlos y escupirlos;
pero (como sea)
protegerlos
de la aceptación
multimediática
y evitar que sean
digeridos
s
s
s
s
eses...

Lun 23 Jul 2008

martes, 22 de julio de 2008

Milonga de Huella y Vidala

Yo una vez las vi, y me sorprendí de encontrarlas; y quienes las conocían por entonces, saben que ellas eran Huella y Vidala...

porque aquellas señoritas
eran Huella y Vidala
hijas de algún campesino
desalojao' una mañana

porque aquellas señoritas
eran fuertes siempre alertas
rebuscadas por milicos
por luchar contra la pena

Huella y Vidala eran lindas,
hermanitas y orientalas

y yo me alegro de haber estado
esa mañana en la ventana
para ver pasar en armas
a la Huella y la Vidala
para ver pasar cantando
a las lindas orientalas

ya las buscaba la cana
cuando eran dos pendejas
que pasaban en la noche
de corrales a tranqueras

se llevaban el ganado
que tenían conocido
pues había pertenecido
a su padre asesinado

y cuando cayó la cana
se salvaron por los pelos

por un amigo de adentro
que novió con la Vidala
(o tal vez era la Huella
nunca nadie dijo nada)
y a la ciudad ellas se fueron
al cumplirse una semana

poco después, me contaron,
las hermanas trabajaban
en un taller de calzado
y que a veces estudiaban

una quería ser maestra
y la otra una doctora
pues el saber te libera
y la salú es lo que importa

mucho más importa ahora
que se vienen tiempos duros

fuerte el cuerpo debe estar
para alzarnos todos juntos
las hermanas ya sabían
lo que depara el futuro
y sabían que la unión
llegaría, de seguro

y cómo sigue la historia
de estas lindas hermanitas,
hembras fuertes, que me cuenten
de ellas que también escribían

en la escuela y el trabajo
eran ambas muy queridas
con su amor y su firmeza
curaban todas las heridas

porque el dolor y la muerte
siempre huyen al oscuro

al llegar un gran amor
de la fiesta o del laburo
al calor de la pasión
de la causa de los justos
y del dolor y de la muerte
sólo queda algún murmullo

esto era lo que pensaban
las lindas Huella y Vidala
y así así tan convencidas
presentaron la batalla

juntaron a los campesinos,
obreros y estudiantes
de los pagos Orientales
y algunos de Buenos Aires

y a cada uno el arma
el martillo y la bandera

lucha, trabajo y amor
eran su canción sincera
libertad del corazón
quebrando las fronteras
de callarlas y aplastarlas
nunca nunca hubo manera

y cuando estuvieron rodeadas
Huella y Vidala dijeron:
pueblo hermoso, pueblo nuestro,
se ha de acabar este infierno

y al oir esto el milico
ordenó que abrieran fuego
pero amor, lucha y trabajo
siempre seguirán viviendo

Huella y Vidala eran lindas,
hermanitas y orientalas

y yo me alegro de haber estado
esa mañana en la ventana
para ver pasar en armas
a la Huella y la Vidala
para ver pasar cantando
a las lindas orientalas...

sábado, 19 de julio de 2008

panegírico del imperio por Huella y Vidala

Decadencia y vergüenza del gran imperio
saltan sus maquinarias y sus misterios
llanto y sangre en la tierra su huella dejan
caigan las maquinarias y sus misterios

ya la herrumbre cubre, América
al imperio seco
nueva unión de pueblos, América
crece floreciendo

y ya nunca lo olvides, imperio muerto
que montamos guardia ante tus restos
pa' que nunca regreses, imperio, y cortes
llanto, alegría y vida de nuestros pueblos

jueves, 17 de julio de 2008

Alegre Zamba en Seis Octavos

En el Norte caen los guijarros de una promesa para el sufrir
Quiebran muros, rompen cadenas los Laburantes del sur de aquí
Vida amante vuelca en las calles las esperanzas de un porvenir

No rompan filas, Trabajadores, tencen la cuerda; suena el clarín!
Formen, Obreros, las Barricadas, músculo y nervio ya están aquí
Firme el Obrero en la Barricada, Xangô del alma llegó a rugir

Galopa!

Llanto de mi querer
sangre de libertad
grito 'e la tierra mía
la mala vida se irá, se irá
Alcen esas banderas
verdad sincera de soportar

Alegría en los corazones destos leones, es tan mortal
Tiemblan rotos los cazadores, en sus temores se quemarán
Tiemblan rotos los opresores, dueños, patrones del capital

Vibran todos los corazones como timbales, los sin edad
Postergados, los maltratados, asesinados renacerán
Olvidados, los despreciados, la gente fuerte se oirá, se oirá

Hombres de igual a igual
Mujeres sin piedad
Muestren a esos patrones
Que nuestros pueblos no dejarán
Que sus hijos se mueran
Tan apartados de su Lugar
Que sus hijos levantan
Banderas rojas de tierra austral
Que nuestros hijos luchan
Y nunca nunca se rendirán...

Hombres de igual a igual
Mujeres sin piedad
Muestren a esos patrones
Que nuestros pueblos no dejarán
Que sus hijos se mueran
Tan apartados de su Lugar